Un flujo de pacientes óptimo y eficiente es la base de un sistema sanitario eficaz. Muchos hospitales han comenzado a estudiar sus flujos de pacientes y cómo conseguir mejorarlos.
Cuatro señales que deficiencias en el proceso son:
- Personal centrado en tareas y no en pacientes.
- Falta de coordinación y comunicación entre los diferentes departamentos que intervienen en el proceso.
- Aumento de listas de espera quirúrgicas y largas esperas en urgencias.
- Insatisfacción de los pacientes.
Datos inteligentes para optimizar el flujo de pacientes
Ante esta situación la base fundamental para optimizar ese flujo de pacientes son los datos. Y cuando hablamos de datos, no nos referimos a cifras y estadísticas a posteriori, sino ‘Smart Data’. Los datos ‘inteligentes’ en tiempo real que revelan eventos con pacientes y localizan ineficiencias y cuellos de botella.
Actualmente, con los recursos digitales que tienen los centros hospitalarios reunir esta información es casi imposible. Aunque la historia digital ha sido un paso cualitativo en el tema de los datos, continuamos con registros manuales que habitualmente no se hacen en tiempo real.
A través sistemas de trazabilidad no solo es posible conocer la localización en tiempo real de los pacientes; sino impulsar herramientas que permitan solucionar los principales obstáculos que afrontan los flujos de pacientes.
De este modo es posible orquestar y automatizar tareas como registros de tiempos en el quirófano, en sala de espera, retrasos, alertas a celadores y enfermería, etc. Incluso la identificación de un paciente puede hacerse de forma rápida, agilizando los traslados y mejorando la seguridad del paciente.
Toma de decisiones y asignación de recursos en tiempo real
El ‘Smart Data’ permite que los profesionales sanitarios tengan la información que necesitan en el momento en el que es necesaria, de modo que, por ejemplo, los jefes de servicio puedan tomar decisiones en tiempo real para la redistribución de los recursos en el lugar y momento adecuados.
Asimismo, esta información evita la ‘falsa eficiencia’ de exigir al personal por encima de sus posibilidades. A través de la orquestación y automatización es posible liberar al personal de tareas administrativas que restan valor a la atención a los pacientes y que ralentizan los flujos de pacientes.
En definitiva, las soluciones tecnológicas que permiten combinar la optimización de flujo de pacientes y ‘Smart Data’ no solo facilitan la labor de los profesionales, sino que mejoran la coordinación completa de los departamentos y inciden directamente en los pacientes.
Y es que las mejoras del flujo de trabajo acortan su estancia hospitalaria, reducen su incertidumbre y la de sus familiares y enriquecen la asistencia sanitaria.
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