No hay ninguna duda de que el 2020 siempre estará ligado a la irrupción de la COVID-19. La población mundial ha tenido que hacer frente a la primera gran pandemia del siglo XXI cuyo impacto, a todos los niveles, ha sido asolador. Ante esta enfermedad, desconocida hasta hace alrededor de un año, hemos tenido como gran defensa a nuestros sanitarios. De hecho, esta crisis ha puesto de relieve lo fundamental que es un sector como la sanidad para mantener a la sociedad en funcionamiento.
Con la vista puesta en 2021 y la vacuna, puede que pensemos que la pandemia está llegando a su fin y la sanidad tenga al fin respiro. Pero lo cierto es que es el momento de preparar el sistema para adaptarse a la nueva normalidad y abordar los puntos débiles que la COVID-19 ha sacado a relucir.
▶ Listas de espera
Las listas de espera siempre han sido el caballo de batalla de la sanidad española. Desde hace años se lucha por reducir los tiempos de espera. Sin embargo, la pandemia se ha llevado por delante todas las previsiones a corto y medio plazo., Ees más, durante los meses más duros, las operaciones no urgentes prácticamente se paralizaron y la mayoría de UCI’s e incluso quirófanos se convirtieron en zonas para pacientes COVID-19. ¿El resultado? Las cifras de espera quirúrgicas más altas que se han visto en años. Con la vacuna y cierta normalidad en el horizonte, es vital poner el foco en tratar a todas aquellas personas y enfermedades que, en cierta medida, se han quedado en un segundo plano.
▶ Cansancio de los sanitarios
Ante el desconocimiento frente a la enfermedad y la falta de tratamientos, la mejor defensa contra la pandemia ha sido el cuidado y la dedicación de los sanitarios. Profesionales que han dado lo mejor de sí mismos, incluso a coste de su propia salud, para ayudarnos al resto. Sin embargo, además de héroes, también son personas que, tras todo lo vivido, necesitan descansar mental y físicamente.
▶ Protección pacientes y sanitarios ante brotes nosocomiales
Es posible que la vacuna nos ayude a reponernos en cierta medida del azote más duro de la pandemia, pero no significa que la COVID-19 deje de existir y que no continúe siendo un riesgo importante para la salud, en especial de ciertos sectores de la población. Por eso, tal y como ya está ocurriendo, es importante que los centros sanitarios impongan medidas y protocolos para proteger al máximo pacientes y sanitarios de posibles brotes. De modo que se consiga trazar los antes posible cualquier infección intrahospitalaria y proteger a todas aquellas personas que han estado expuestas.
▶ Optimización de personal y recursos
Si bien es cierto que la pandemia ha puesto en relieve la importancia de la Sanidad y, como consecuencia, se ha tomado conciencia de salvaguardar este servicio público por parte de las autoridades; las personas y los recursos son, por el momentzo, limitados. Para poder sobrellevar la nueva normalidad y hacer frente a retos como el aumento de las listas de espera, es vital optimizar al máximo el trabajo de los profesionales y potenciar la eficacia de los recursos. Poner en prácticas herramientas basadas en la metodología Lean puede permitir focalizar mejor las tareas de los sanitarios en aquellas realmente importantes, gestionando de forma mucho más optimizada aquellas que son necesarias, pero no aportan valor a la atención de los pacientes.
▶ Mejorar la comunicación entre profesionales y pacientes
Los tiempos durante la pandemia han sido inciertos para pacientes y familiares y muy complicados de gestionar para los profesionales. No poder conocer información al instante de sus familiares, no poder acompañarlos, no tener más detalles de lo que estaba ocurriendo que alguna llamada a ciertas horas del día ha debido de resultar tremendamente angustiante. Una angustia compartida por lo profesionales que, además de dedicar toda su atención a cuidar de los pacientes, tenían que hacer un esfuerzo extra por trata de mantener a sus familias informadas. Una comunicación complicada que continúa siendo difícil de mantener en salas de espera restringidas a un familiar por pacientes. Sin embargo, mantener la seguridad de las personas no debe ser un obstáculo para exista una comunicación fluida entre profesionales, pacientes y familiares. Es primordial utilizar la tecnología y las herramientas a nuestro alcance para facilitar esta complicada labor.
MYSPHERA y su tecnología pueden jugar un papel fundamental afrontando los retos sanitarios de 2021
Estos retos no son nuevos para el sector sanitarios, pero sí se han convertido en vitales de resolver para poder afrontar la nueva normalidad. MYSPHERA lleva años trabajando codo con codo con los profesionales para conocer de primera mano estas necesidades y desarrollar sistemas que permitan afrontarlas de la forma más optimizada posible.
La soluciones de MYSPHERA
ORVital:
Solución gestión integral del proceso quirúrgico, ofreciendo visibilidad de proceso, permitiendo su orquestación, y promoviendo mejoras en la gestión de las organizaciones y recursos sanitarios.
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Urgencias:
Solución para la gestión integral del área de Urgencias. El sistema permite una visibilidad completa de todo el proceso del paciente (desde su entrada en Urgencias hasta su alta), su identificación y localización instantánea, la trazabilidad completa del proceso gracias a la localización (ej. En triaje, en espera de pruebas, en rayos, etc.)
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ATLAS:
Solución para la protección de profesionales y pacientes ante brotes nosocomiales dentro de las instalaciones hospitalarias. Mediante una APP instalada en los smartphones de los sanitarios es posible rastrear sus interacciones con los pacientes, mediante la pulsera de identificación digital, así como con otros profesionales. De este modo, en caso de tener un caso positivo se puede conocer en tiempo real todos los contactos de esa persona, tanto directo como indirectos; además del tiempo de exposición.
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