Las listas de espera quirúrgicas son uno de los principales problemas de la sanidad pública española. Según el último informe del Ministerio de Sanidad, a 31 de diciembre de 2021 había 704.106 pacientes pendientes de una intervención no urgente, con una demora media de 115 días. Estas cifras suponen un aumento del 9,4% en el número de pacientes y una disminución del 3,4% en la demora media respecto al año anterior.
La pandemia de la COVID-19 ha tenido un impacto negativo en las listas de espera quirúrgicas, al provocar la suspensión o el retraso de muchas intervenciones programadas por la necesidad de priorizar la atención a los pacientes infectados. Además, la pandemia ha generado una mayor demanda asistencial por las secuelas que ha dejado en muchos pacientes.
Ante esta situación, algunas comunidades autónomas han anunciado medidas para reducir las listas de espera quirúrgicas y garantizar el derecho a la salud de los ciudadanos. Estas medidas suelen incluir la contratación de más personal sanitario, la ampliación del horario de los quirófanos, la realización de operaciones los fines de semana y festivos y la derivación de pacientes a centros concertados.
Por ejemplo:
- Castilla-La Mancha ha puesto en marcha un plan estratégico de reducción de demoras que incluye la contratación de más personal, la ampliación del horario quirúrgico y la derivación a centros concertados.
- Castilla y León ha aprobado un decreto que establece un tiempo máximo de espera para las intervenciones quirúrgicas no urgentes de 180 días y que prevé la derivación a centros concertados o a otras comunidades autónomas si se supera ese plazo.
- Cataluña ha anunciado un plan de choque para reducir las listas de espera quirúrgicas que contempla la contratación de 1.500 profesionales sanitarios, la ampliación del horario quirúrgico y la derivación a centros concertados.
Estas medidas son necesarias y positivas, pero pueden no ser suficientes si no se acompañan de una mejora en la gestión y la organización de los procesos sanitarios. En este sentido, la automatización y la orquestación de los procesos pueden ser herramientas clave para optimizar el uso de los recursos disponibles, aumentar la eficiencia y la calidad asistencial y mejorar la experiencia y la satisfacción de los pacientes.
Hay que hacer hincapié en el papel fundamental que tiene la tecnología en la gestión sanitaria. Las herramientas digitales están cada vez más presentes en el día a día de la labor sanitaria. Pero más allá de ser un complemento, pueden ser el pilar donde asentar la optimización y la eficiencia de los procesos. Una aplicación cuya consecuencia directa es la aportación de valor, tanto a los profesionales como a los pacientes.
En este sentido, las soluciones de automatización de procesos diseñadas para el ámbito sanitario pueden ser un gran aliado para mejorar el rendimiento y la calidad de los servicios quirúrgicos.
La clave para la verdadera automatización: Localización en tiempo real (RTLS)
La única forma de realmente eliminar tareas manuales a la hora de orquestar procesos y poder así decir que están automatizados es a través de la localización de los pacientes en tiempo real. De esta forma podremos coordinar al personal alrededor de los pacientes dependiendo de su situación en el proceso asistencial.
A través de unas pulseras, se calcula la posición de los pacientes dentro del hospital, lo que facilita el control y la gestión de los flujos asistenciales, la automatización de procesos y tareas, y la integración con los sistemas de información sanitaria. De esta forma, se puede mejorar la coordinación entre los profesionales sanitarios, reducir los tiempos de espera y los retrasos, aumentar el número de intervenciones realizadas y mejorar la seguridad y la satisfacción de los pacientes.
Entre las soluciones de automatización disponibles en el mercado, destaca ORvital, nuestra solución específicamente diseñada específicamente para el entorno quirúrgico. ORvital es capaz de orquestar, automatizar y simplificar las tareas del bloque quirúrgico para que los profesionales se dediquen a lo más importante: los pacientes.
ORvital ha demostrado ser un factor clave para aumentar el rendimiento quirúrgico en varios hospitales europeos. De hecho, un artículo científico publicado por el Colegio de Médicos del Reino Unido destacó el éxito de ORvital en aumentar el rendimiento quirúrgico en un 12%, aumentar el número de cirugías en un 15%, reducir el tiempo de inicio de las cirugías en 35 minutos y reducir las prolongaciones inesperadas de las cirugías en un 50%.
En conclusión, las soluciones basadas en RTLS diseñadas para el ámbito sanitario pueden ser una herramienta muy útil para reducir las listas de espera quirúrgicas y mejorar la calidad asistencial. Al elegir una solución RTLS que se adapte a las necesidades específicas del entorno quirúrgico, los hospitales pueden asegurarse de obtener el máximo beneficio de su inversión.